alf

Hoy soñé
con un perro
que había en mi barrio
marroncito y rotoso,
que se llamba Rayo y
se llamaba Alf.
Rayo
Porque vino una noche de tormenta
Alf
Porque era raro como un extraterrestre.
Porque odiaba
con ira famélica
a los gatos.
Era tan enorme el petiso.
Cuando se cansaba,
se echaba a mirar pasar
el barrio y su rutina.
Y era tan triste su mirada.
Y era tan desobediente
que sólo entraba si lo obligaban,
a upa.
Y era tan fugazmente desquiciado
el Rayo
Y era tan particularmente exótico,
el Alf,
Que persistió sin darme la menor importancia
y menos aún dársela a él,
sin saber siquiera que tenía dos nombres..
Cómo iba a imaginar yo,
que era del perro,
la caricia
y no
el hueso,
el verdadero premio?
Y por qué
la memoria( cobija
con insistente recurrencia
a ese perro?
Será acaso porque fui
tan extraña en mi tierra,
(en mi cuerpo).
tan extraterrestre,
(por épocas
entre mis pares?
por haber sido
tan desobediente de mi propia voz,
por tener tan triste la mirada
(cuando podía sólo mirar)
mientras corría
en la tormenta desesperada
buscando con furia famélica
una casa?
Mi casa.
Que alguien de una vez y por todas
me devolviera
Esa casa
de niña
donde con bigotes de chocolate y morcilla,
volaba en el almidón del placard
giraba por la tierra como un níspero
saltaba en la medianera
que había
entre las palabras sabrosas de la cena
y los rayos de la bicicleta .
Mi casa
donde flotaba y reposaba
en el silencio de la siesta
sin darme la menor importancia.
Donde a upa
se mecían
todas las fantasías.
Mi casa
donde descalza volvía
todas las tardes
con el corazón agitado
perseguida por el rayo.
Esa casa,
que ya no es mi casa.
donde las caricias se mudaron a hueso,
donde los días se volvieron ceniza,
donde sólo es real
                           lo que ya nunca más
                                                             será.

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