Desde la esquina
DESDE LA ESQUINA Pensar que me pedías, por favor, que te lleve de la mano y desde abajo me mirabas con esa sonrisa de picardía y complicidad. Mi picarona te decía yo. Papi llévame en la Toto. Como no te salía moto, le decías así. La Toto. Si nos habrá llevado a las plazas las tardes de sol, al dique, a las “montañas” (para vos que eras tan chiquita eran montañas) de la autopista. Con frío, con sol. Te gustaba ir en el medio y que te hagamos “sambuchito”. Desde que empezó el año empezaste con eso de que querés ir sola. Que estás grande ya, que te da vergüenza esa moto toda destartalada, que esto, que aquello. Tu madre estaba por ceder, pero yo no. Ni loco. Prefiero, como siempre ser el ogro, y acompañarte. Y verte que hayas entrado bien. Desde la esquina. Ya sé que eso te enojó y estuviste dos semanas sin hablarme. Distante. Yo me hago el fuerte, que no me importa, pero cua...